Informar (de y en) Crisis

No crean que me hace mucha gracia que, después de dos meses de letargo, sea una tragedia como la sucedida el miércoles, la que me haga desempolvar el teclado. No voy a hablarles del desgraciado descarrilamiento en sí, pues ni soy quién ni es el momento para hacerlo. Casi 80 víctimas mortales y 140 heridos, en el peor accidente ferroviario en 40 años en España, son motivo suficiente para guardar silencio, si no hay nada que decir o algo realmente significativo que aportar. A pesar de que no vale de nada, lo único que puedo hacer es enviar un abrazo a familiares y amigos de las víctimas, junto con mi agradecimiento y mi apoyo al personal sanitario, de emergencias y fuerzas de seguridad.

 Pero, como suelo hacer a menudo en este blog, hablaré de periodismo. No pretendo sentar cátedra, sólo compartir mi opinión sobre lo que veo desde la barrera. Sé que parece fácil y ventajista, pero no es esa mi intención. Lo hago porque amo y defiendo mi profesión, a pesar de no ejercerla – por imposición, no crean – y porque es en ocasiones dramáticas y extremas, como en el caso del accidente de Santiago de Compostela, donde se encumbran los buenos profesionales y se le sacan los colores a los mediocres. Una vez que se confirmó la tremenda noticia y con la posterior cobertura informativa me han rondado varias ideas en la cabeza

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1. El periodismo hace falta en situaciones de máxima tensión e interés informativo, y no tanto en el rifi-rafe político del día a día. Lamentablemente, tanto profesionales como políticos y público estamos más habituados a lo segundo que a lo primero. Cuando hace falta tirar de casta, oficio y cabeza fría son muy pocos los que están a la altura. Por ausencia de hábito y porque, por desgracia, los más capaces y experimentados están jubilados o en la cola del paro. Sobre esto último volveré después

2. La televisión es espectáculo, en raras ocasiones información. Ha sido así casi siempre y no es criticable per se. Ante medios más vivos y ágiles como la radio, la TV tiene las de perder. Y no se trata de una guerra de medios; sencillamente las herramientas, materia prima y los tempos son diferentes. A pesar de que el objetivo de informar es – en teoría – el mismo, los caminos para llegar a él son diferentes. Y por desgracia, en España, los grandes canales generalistas han dejado de interesarse por la información. No es rentable y, por el hastío que provoca lo explicado en el punto anterior, la gente prefiere anestesiarse a informarse. Esto es carne de otro pasaporte que no corresponde desarrollar aquí

3. RTVE Ha perdido el Norte. La televisión que pagamos entre todos con nuestros impuestos ha dejado de ser una garantía de calidad, información veraz, imparcialidad y buen periodismo. A buen seguro no por culpa de la gran parte de profesionales que conforman su plantilla. De hecho, muchos de ellos llevan tiempo denunciando las maquinaciones de despacho que buscan transformar – de nuevo – un medio de comunicación público en una correa de transmisión para los «mensajes teledirigidos» del gobierno de turno. Pasa con el Ejecutivo actual como ha pasado con otros anteriores. La cobertura de los primeros momentos del desastre, por parte de la televisión pública, habida cuenta de los medios técnicos y humanos de los que dispone fue muy discutible. El caso del canal 24h, destinado a información pura y dura… de una precariedad sangrante.

4. Las redes sociales son una potente herramienta, pero a manejar con cautela. Es incuestionable que las redes sociales pueden valer para complementar – nunca para sustituir – el trabajo de un profesional de la información. Eso sí, equivale a meter el micro o el cuaderno en mitad de un bar bullicioso: hay datos utilizables, informaciones contradictorias, griterío, algún borracho y mucho tonto del culo. La red social NO ES periodismo, aunque puede suplir muchas carencias en el ejercicio del trabajo a pie de campo, manejado SIEMPRE con pies de plomo

5. Los periodistas somos personas, no máquinas. En situaciones de extrema crudeza, como la vivida en Santiago de Compostela, somos permeables al ambiente que se respira, al color y el olor de la muerte, al sufrimiento y la angustia de terceras personas. Estamos en mitad de todo eso y hay que ser de otro planeta, para que no te afecte. En contextos así somos más vulnerables, estamos más expuestos porque somos débiles y los fallos, se producen más fácilmente y resultan mucho más visibles para los demás. A pesar de todo, el buen profesional debe tener claro para qué está allí. Y no me valen debates vacíos sobre ética y deontología profesional. Si ante un cadáver, un testimonio emocionado o un dato no confirmado no sabes instintivamente y por sentido común qué debes hacer… te has equivocado de oficio.

6. El buen periodismo es caro. Algunos locos llevamos tiempo denunciando el desmantelamiento de las bases que hacen del periodismo lo que es, al menos lo que era. Muchos insistimos hasta la saciedad, alertando sobre la crisis económica y de valores que está devorando al sector. No por afán lastimero sino porque, con la excusa de los malos resultados económicos, las empresas de comunicación están dando la patada a personas capaces, con experiencia, ganas y talento para hacer periodismo de verdad. Del bueno. Y cuando sucede lo que ha sucedido en Santiago, a los buenos se les echa en falta. No olviden que para que exista periodismo tiene que haber periodistas. Y cada vez somos menos quienes ejercemos. Y las consecuencias las pagan ustedes, con mala información, amarillismo y vísceras

Sé que no vale de mucho que un periodista «fuera de juego», pleno de frustraciones y ajeno al ejercicio activo les cuente estas milongas, que a pocos interesan. Pero desde este blog, que ni le importa a nadie ni lee nadie, seguiré insistiendo hasta que me muera: Les necesitamos a ustedes, del mismo modo que ustedes nos necesitan a nosotros. La próxima vez que alguien les diga que es periodista (en paro o no) piensen dos veces, antes de emitir un juicio de valor. Quizás lo echen de menos cuando pase algo grave, como ha sucedido en las vías de tren en Santiago.

Imagen extraída de diario El Mundo | Agencia Reuters

21 comentarios

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21 Respuestas a “Informar (de y en) Crisis

  1. En un momento dado en la 1 se dijo que viajaban 218 personas y había 35 muertos y 200 heridos…. ¿a alguién le salen las cuentas?

    • Me retengo de hacer comentarios o juicios, porque los profesionales están trabajando en tensión, muchas veces en precario y hay que estar dentro, para saber el qué y el por qué de las cosas. Pero lo de TVE1 clamó al cielo. Y ya van unas pocas, con temas infinitamente menos serios, pero con esto… también

    • Hablaban de 218 pasajeros sin incluir la tripulación, por eso las cifras varían tanto. De todas formas hay que ponerse en el pellejo de una tv que aparentemente es pública pero que realmente depende del gobierno de turno.
      A parte de esto, César gracias por este artículo tan magnífico que me demuestra una y mil veces por qué he elegido el periodismo como forma de vida en un futuro no muy lejano. FJ

      • Es una elección difícil FJ. Pero, si sabes de antemano que va a ser un camino duro y, a pesar de ello, sigues adelante… Entonces estás hecho para esto. Gracias por leer y comentar. Nos vemos el Lunes, si no pasa nada.

  2. César, no puedo estar más de acuerdo y, aunque no es momento de hacer leña del árbol caído en medio de la tragedia, habrá que proponerle a la sociedad un debate sobre lo que está ocurriendo con los medios de comunicación (públicos y privados) y soluciones. Me viene a la cabeza aquello de «si crees que la educación es cara, prueba la ignorancia» y convertirlo en «si crees que la información es cara, prueba estar en la inopia». Un abrazo. Pepe Bejarano

    • Hola Pepe. Es un honor que leas y que compartas (siquiera en parte) mis puntos de vista. En ese debate con la sociedad debemos estar todos. Sé que muchos de nosotros estamos dispuestos a ello ¿Y la ciudadanía? Quizás tienen suficiente con soportar a malos políticos, como para tratar de lidiar con «regulares» periodistas, para reconducir el camino que compartimos. Gracias por comentar

  3. KALEDIAN

    PLAS, PLAS, PLAS…
    Amigo mío, los que llevamos el periodismo… EL PERIODISMO en la sangre, los que somos capaces de dejar a unos amigos plantados en una terraza y salir corriendo si vemos apelotonarse a gente en algún sitio, sabemos lo que significan tus palabras. Escritas desde lo más profundo de las entrañas, dejan traslucir una serena rabia y una profunda decepción hacia lo que ha sido esta profesión.
    De las Facultades de Ciencias de la Información de todo el Estado lleva ya un tiempo saliendo toda una generación de carroñeros más atraídos por la inmediatez de la «noticia» que por la verdad de la información.
    Los grandes Popes de la información patria son los mismos que inventan titulares, abonan suculentos pagos a testigos inexistentes, o simplemente difaman a sabiendas con la única excusa de rentabilizar el medio de comunicación para el que trabajan o que representan.
    Sirva como ejemplo una experiencia personal:
    Estando yo con mis compañeros de emisora en los estudios centrales de la Cadena SER en Gran Vía, 32, acompañando a un grupo de chavales en una excursión, recibimos la noticia del aterrizaje de César Augusto Pinochet en el aeropuerto de Heathrow, Londres.
    El juez Baltasar Garzón había emitido una orden internacional de detención contra el dictador chileno, y al pisar suelo europeo, se procedió a su custodia por parte de la policía británica.
    Eran las 11:53 minutos de la mañana.
    El programa acababa a las 12:20.
    En un momento determinado, Iñaki Gabilondo comunicó con la gente de producción del Hoy Por Hoy que se encontraba con nosotros en la pecera.
    Con una pasmosa inmediatez y una preclara memoria recordó una entrevista que él mismo realizó a Isabel Allende, hija del fallecido y derrocado presidente chileno.
    No sólo recordó la entrevista, sino que apuntó en un papel amarillo la fecha exacta, y con una aproximación de escasos 5 minutos, el corte que pretendía emitir tras el boleto de las 12 de la mañana.
    Recuerdo que ese documento concreto aún no se había digitalizado.
    Una rápida carrera acompañando a un redactor del programa nos llevó hasta los archivos centrales.
    En menos de 2 minutos recuperamos la cinta de bobina abierta. Regresamos a la carrera al estudio.
    Los técnicos procedieron a recuperar la entrevista y descargarla en el servidor del ordenador.
    Como habrás imaginado, el corte concreto, de escasos 45 segundos, estaba exactamente donde Iñaki había señalado.
    Se emitió sin mayor contratiempo.
    En menos de 20 minutos.
    Ahí fue donde yo aprendí más de PERIODISMO REAL que en cualquier facultad, redacción o estudio.
    Y lo mejor es que nadie se enteró.
    Periodistas así van quedando pocos, y los que llegan, jamás podrán comparárseles.
    Sólo espero que aún quede un rayo de esperanza en el sector, y bien gracias a excelentes blogs como el tuyo, bien gracias a magníficas series de televisión como Newsroom, haya futuro para la profesión.

    P.D.
    Disculpa el tocho.

    • Gracias por el tocho K. agradezco que esto tenga vidilla, sin que sirva de precedente

      «Decepción y serena rabia» Sí, mucha. Sobre todo cuando me miro al espejo, me veo con 36 palos y repaso la lista del «Debe» y el «Haber» profesional Y a pesar de todo CREO EN LA PROFESIÓN, en la necesidad de practicarla como se debe, para que la gente piense por sí misma. En las facultades hay mucha y muy buena gente. Otra cosa es que terminen «maleados» o que el mercado y la crisis los engulla. Pero hay buena gente, K. Muy buena. Y muchos de nosotros creemos que esto tiene solución, si sudamos lo suficiente. Va a costar trabajo, pero cuando estás enamorado… luchas por lo que quieres. Así de simple. Un abrazo. Espero ver tochos tuyos en el resto de mis entradas

  4. Comparto tu opinión. He de decir que ayer vi el canal 33 de TV3, informativos 24 horas del canal público catalán, que conectaron en directo con TVG en todo momento, y me sorprendió para bien cómo trataron el tema. Otra cosa es ver cosas como éstas hoy por la mañana: http://kiosko.net/es/np/vozgalicia.html Y te aseguro que esta foto de portada no la escogieron los becarios.

    • Gracias por comentar, Monste

      Desde luego, la excusa de los becarios… si bien es cierto que puede aplicarse muchas veces, no siempre pasa como rueda de molino que tragar.

      No pude ver TVG pero, por lo que se comentaba en redes sociales, muy bien su cobertura en general. Lo de «La Voz de Galicia» no merece que perdamos el tiempo comentándolo.

      Un abrazo

  5. Nosotros estuvimos ayer pegados a la SER. Lo del canal 24h de TVE era una vergüenza absoluta, daban ganas de llorar por el desastre de emisión, lo mal preparada que estaba la presentadora, los fallos en las conexiones…
    Por eso, rompo una lanza a favor del ser humano que es Xavier… (no recuerdo el apellido), un profesional de la SER en Galicia que narraba los hechos con el corazón en la boca, casi en estado de shock. No se puede contar una desgracia como ésta sin que se te aprieten las tripas y las lágrimas te aprisionen la garganta. No me creo a quienes las cuentan con frialdad. A fin de cuentas, si el muerto no es tuyo… Pero el muerto es siempre nuestro, de todos. Quien se siente lejano de un hecho como éste es que no sabe ver: no ve que, aunque no fuera en ese tren, también pudo pasarle a él o a alguien a quien quiere, en otro momento, en otro transporte, en otra situación… y también querría respeto, solidaridad y congoja.
    También quiero comentar lo que sí me gustó ayer: el ver la humanidad de algunos de los políticos que acudieron a la maldita curva; el que los periodistas contaran que tan concejal se había escondido para poder llorar, que Feijoó casi no pudo ponerse ante los medios, que la consejera se remangó y se puso a ayudar a hacer listas en el Clínico… Ellos son los más visibles, claro. Pero ayer Santiago (y Galicia entera) nos dio ejemplo a todos de coraje, solidaridad y apoyo. Colas para donar sangre, gente haciendo de taxistas gratuitamente, llevando mantas y agua al lugar del accidente…
    Estas cosas sacan lo mejor y lo peor de cada uno. Yo quiero quedarme con lo mejor y tachar de mi lista de medios a quienes han jugado con el dolor ajeno y el morbo como si fuera algo banal.

    • Gracias por comentar, María. Suscribo todas y cada una de tus palabras. Yo alterné la SER con Onda Cero y el Twitter

      De los gestos de los políticos, con medios cerca, por espontáneos que parezcan, procuro desconfiar, aunque son elogiables, a priori.

      Un abrazo y a ver cuándo tomamos algo.

      • Ceo que, de vez en cuando (solo de vez en cuando), hay que ver a los políticos como personas. Yo me imaginaba cubriendo esa noticia, junto a la vía, y sé que habría llorado, simplemente porque soy un ser humano al que el dolor le duele. Me habría sobrepuesto para informar, pero la congoja no me la hubiera quitado de encima. Y con ella como filtro hubiera informado.
        Y sí, tenemos pendiente una buena caña. A ver si una tarde de éstas me escapo a la ciudad y aprovechamos.

  6. César dios mio eres grande una vez más me quito el sombrero ante ti,tuve que apagar la tve me daban asco,no es de recibo preguntarle que tal se encuentran? a qui todo vale,sabes yo me siento orgullosa de ser una seguidora de tú blog,porque periodistas como tú es lo que necesitamos,un abrazo

    • Gracias por tu fidelidad, Chus. Y por tus comentarios que son hechos desde el cariño. Muchos compañeros, más capacitados y talentosos que yo, hacen lo que pueden a pie de calle. El abrazo es más para ellos que para cualquier otro. Un saludo

  7. Muchas gracias por compartir tu experiencia y lo que a mi me parece una excelente valoración actual del periodismo, aunque yo no soy periodista.

    Hace unos días comentaba con Elsa Manzano el tema del periodista en España, y uniendo esa conversación y mis ideas me lancé a hablar sobre el tema en mi blog, aunque para nada se puede comparar con algo escrito por alguien profesional.

    Te lo dejo por aquí por si tienes un rato y te apetece darme feedback
    http://tangledpolitics.wordpress.com/2013/07/21/desinformacion-como-informacion/

    Un saludo

  8. Identificada con tus palabras es poco.
    2 meses en el paro y sangro por dentro. Dolida con mi presente, enfadada con mi futuro y tozuda a pesar de todo.
    En esta crisis ruedan cabezas jóvenes y viejas. Las primeras por motivos que no alcanzo a entender, y las segundas porque resultan demasiado caras. Y así vamos.
    Hoy lloro por gallega, periodista e idealista.
    Un abrazo

    • Dimpel, sé que te identificas y que me entiendes. Pero también sabes que hay por ahí un grupo de irreductibles idealistas (guiño, guiño) está intentando cambiar las cosas. No desesperes. Si crees en ti como creo yo en todo esto… estamos salvados. Abrazo

  9. Muchas gracias, por estar ahi y por contarnos esto, Señor periodista que no conozco. Todo parece indicar que lo lee mas gente de la que cree. Son tiempos difíciles. Animo.

    • Gracias por comentar, Alina.
      Me encantaría poder contar más cosas, a mucha más gente. Pero la vida da estas patadas a veces. La acogida de esta entrada me tiene asombrado. Es la más visitada y leída en más de un año de blogueo. Y tan solo me he limitado a decir lo que muchos, muchos compañeros pensamos. La puesta en marcha de todo lo que se necesita para cambiar la dirección de este oficio es muy difícil, pero lo intentamos, pese a todo. Un saludo

  10. Mar Glez.

    Cuando se reducen o eliminan las redacciones locales es imposible que haya un periodista en el lugar en el que ocurren las cosas y sin periodistas no hay periodismo ni información. Espero que esto cambio y que alguien se dé cuenta de la importancia de esta profesión en todos sus ámbitos.
    Saludos.

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